domingo, 9 de diciembre de 2012

LA MAÑANA DE DOMINGO.- Desperezándome bajo el edredón, disfrutando el olor a sabanas limpias y cálidas, uniendo las fragancias de las tostadas y el café ya empiezan a marchar en casa de mis vecinos...casi me transporto a su cocina. Escuchando los peques de otras viviendas reirse en sus dormitorios, esos sonidos y olores que hacen sentirte feliz y en tu hogar. Mis dos adolescentes siguen groguis en sus dormitorios, placidamente dormidos. Aprovechando esta tranquilidad, es domingo, sin prisas para llegar a tiempo al colegio y a la oficina. Enciendo mi portátil...como no, desconfigurado, ayer mi prole andurrearon con él. Uhm! Además de comer cerca, en fin. Toca conectar de nuevo la red inalámbrica, limpiar teclado y pantalla...ahora si! Los domingos de Málaga tienen todo el encanto y la magia para darle a pleno pulmón las gracias a Dios, a la vida y a una ciudad que aún corriendo los peores tiempos que recuerdo en mi vida, nuestra Málaga resplandece hoy limpia, iluminada y bella. Ciudad serena y aún en calma, adormecida por una soleada mañana de Domingo que promete. Hoy es especial, un domingo de los familiares diferente, Aurora y Eduardo aún duermen, enormes, cuando los veo, asomada a cada resquicio de sus dormitorios, cómo pasa el tiempo! Son ya una mujer y un hombre, aún adolescentes pero tan responsables, se me llena la boca diciendo, Gracias Dios mío. Hoy paseito con mi hermana mientras ellos descansan tranquilos, nos ponemos al día y organizamos los eventos navideños. Y el 70 cumpleaños de nuestra madre, modelo y referente para nosotras. Mujer culta y trabajadora que sin dejar su profesión docente siempre supo compaginar su gran vocación, la docencia con su mejor trabajo, la maternidad. Ella nos enseñó a ser mujeres independientes y capaces, junto con mi padre, el mejor tandem familiar que he conocido en mi vida, debo reconocerlo, son un maravilloso equipo fundamentado en el amor, el respeto y el buen hacer. Pero, hoy hay algo más, nos reunimos toda la familia en casa de mis padres, tradición, los abuelos, nuestros padres, nos regalan una cesta de navidad, maravillosa y comemos todos paella del abuelo, nuestro OldFox (viejo zorro), como le dicen los nietos desde pequeños. Pero esta es otra historia a contar. Día familiar feliz.

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